Recubrimiento del césped: cómo hacerlo
Recubrir el césped es una forma excelente de lograr que se vuelva más verde y saludable. Sigue leyendo para aprender a triunfar en tu jardín y a complementar el recubrimiento del césped con fertilizante.
¿Por qué deberías recubrir el césped?
Recubrir el césped consiste en añadir arena gruesa, idealmente con un grano de entre 2 y 8 mm. Cuando la arena penetra en el suelo, mejora la aireación de este, lo que ayuda a que la hierba crezca mejor y más tupida. El recubrimiento crea buenas condiciones para la hierba y, al mismo tiempo, reduce el riesgo de que las malas hierbas proliferen y echen raíces. El recubrimiento también es una manera excelente de compensar las irregularidades y deshacerse del musgo en el césped.
Diferentes tipos de recubrimiento
Hay varios tipos de recubrimiento disponibles, y además de arena también hay mezclas preparadas que puedes comprar. Éstas suelen constar de una parte de material de abono y una parte de arena. La mezcla garantiza un peso adecuado, de modo que se hunda fácilmente entre las cuchillas y no se disperse durante el riego.
¿Cómo realizas el recubrimiento?
Comienza cortando la hierba y rastrillando todos los recortes para retirarlos y evitar que el recubrimiento superior termine encima de ellos, ya que es más eficaz directamente en el suelo. Extiende montones de recubrimiento sobre todo el césped, de unos 2 a 4 litros por metro cuadrado. Distribuye el recubrimiento con ayuda de un rastrillo o escoba y asegúrate de que se hunde correctamente entre las cuchillas para hierba. A partir de ahí, la naturaleza se encargará del resto, aunque puede pasar un par de días, a veces hasta una semana, antes de que el recubrimiento desaparezca por completo en el suelo.
¿Cuándo deberías recubrir el césped?
Según algunos, el principio del verano es la mejor época para recubrir un césped, mientras que otros sostienen que el mejor momento es antes, en la primavera. La frecuencia con la que deberías hacerlo depende de las condiciones y circunstancias del césped: puedes recubrir cada año, incluso varias veces al año, pero cada tres o cuatro años suele ser un intervalo adecuado para un césped típico.
Complementa con fertilizante
Si el césped es fino y escaso y tiene malas hierbas, puedes añadir nutrientes al recubrirlo. La tierra compostada y tamizada, el estiércol de gallina seco, o el abono compostado natural tamizado proporcionan un aumento de nutrientes que las raíces de la hierba agradecen. Si utilizas suelo compostado o fertilizante natural, aplica una capa de aproximadamente 1 cm antes de comenzar el recubrimiento propiamente dicho. El estiércol de gallina seco también es recomendable; simplemente asegúrate de seguir las instrucciones del embalaje. Sin embargo, debes evitar los fertilizantes sintéticos, ya que reducen el número de organismos vivos en el suelo. Además, los nutrientes de los fertilizantes sintéticos se lixivian fácilmente, terminando en el agua subterránea en lugar de beneficiar a la hierba.
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Tu hierba te lo agradecerá
El resultado del recubrimiento será un césped más verde, denso y bonito. Además, se vuelve más duradero y resistente a privaciones como la sequía. En resumen, el recubrimiento supone un esfuerzo relativamente sencillo que tiene un efecto significativo.
6 consejos para recubrir el césped:
- Rastrilla el césped para eliminar, por ejemplo, ramitas y hojas
- Corta la hierba antes de recubrir. Si es la primera vez del año, utiliza la altura de corte más alta
- Coloca las pilas sobre la zona que quieres recubrir. Cuenta con emplear unos 2–4 litros por metro cuadrado. Extiende el recubrimiento con una escoba o un rastrillo
- Si utilizas el recubrimiento para compensar irregularidades importantes, siembra semillas de hierba adicionales y mantén la zona húmeda.
- Las partes desgastadas y las calvas del césped se benefician si se efectúa varios recubrimientos por temporada
- Deja que la hierba crezca un poco antes de volver a recubrir la misma zona.
